viernes, 29 de enero de 2010

¿PARA CARNAVALES LOS DE ANTES? O NO, DEPENDE

¿Me conoce mascarita? Esta es una expresión carnavalera que durante mi infancia escuché y usé con la inocencia típica de un niño de pueblo, que aspiraba a recolectar algunos huevos para hacer las tortillas correspondientes. No es que el gallináceo elemento faltara en casa, donde siempre hubo gallinas bien alimentadas, pero esos huevos no eran iguales. Los recolectados de puerta en puerta, tenían el carácter de botín de guerra, o más bien botín de máscara.
Eran tiempos en los que tus guardaespaldas eran los propios vecinos y tus padres, que sabían eso porque eran a su vez los guardaespaldas de otros niños, te permitían deambular por los alrededores pertrechado de sábana, remendada, careta y cesto de caña, hasta esa hora bruja en que la noche se confunde con el día y el hito, mojón, kilométrico se convertía en sujeto animado por la imaginación. Si no había careta, se cogía un papel de tienda, se le abrían agujeros para ojos, nariz y boca. Se le daba un poco de color con aquellos lápices Alpino duros como el acero y se le colocaba el trozo de elástico requisado en la caja de la costura.
Los tiempos han cambiado y los niños casi no salen en carnavales. La publicidad ha desviado las salidas a “Jalogüin” y ahora piden caramelos. La masa de las tortillas se vende preparada y el día menos pensado te encuentras las tortillas precocinadas en el arcón de los congelados.
Pero no es mi intención hacer un análisis de la evolución del carnaval. Hoy quiero hablar de esas “agrupaciones” que nacen a su sombra y más concretamente de las murgas.
Dicen que el origen de las murgas está en una agrupación de circunstancia formada por los tripulantes de un barco de la Armada Española que hizo escala en el puerto de la Luz durante las fechas del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria, pero tampoco es mi intención originar un debate, que presumo calentito, sobre el origen de las mismas.Mi intención es opinar sobre los modos y maneras de la mayoría de estas multitudinarias formaciones.
En primer lugar veamos lo que dice el diccionario de la RAE sobre el término Murga, a saber:
Compañía de músicos malos, que en Pascuas, cumpleaños, etc., en este etcétera caben los carnavales, toca a las puertas de las casas acomodadas, con la esperanza de recibir algún obsequio.
El pueblo, cambió las casas acomodadas por las plazas públicas, mejoró la calidad musical y le dio a las letras un contenido satírico, aprovechando la permisividad de las carnestolendas para poner en solfa a tirios o a troyanos, según fuera el caso.
Está claro, al menos para mí, que el pueblo no necesita de estas para divertirse en carnavales, pero es un elemento más, que teniendo la gracia necesaria, ayuda a relajar el ambiente. De otra forma se convierte en una tortura malaya capaz de aburrir al dios de los payasos.
Un servidor es carnavalero desde la más temprana “espermatozoidad”, pues cuentan que mi padre no se perdía un baile en las sociedades de su época, por tanto puedo decir que he vivido los carnavales desde chiquitito.
Por razones que no viene el caso he tenido la fortuna de poder disfrutar los carnavales de Cádiz y los de Canarias. En estos últimos incluso he formado parte de una murga, los Sombreritos, que por suerte se parece más a una chirigota, lo cual me permite hablar con un cierto conocimiento de causa.
Ni quiero ni puedo sentar cátedra en lo referente a las murgas, pero tengo la opinión de que han perdido el sentido crítico-lúdico para adquirir el estatus de permanente-cabreo.
Las murgas actuales, salvo honrosas excepciones, son un enjambre de individuos que
cantan con cara de cabreo y no divierten a nadie. El sentido crítico se les ha desplazado a la parte donde la espalda pierde su casto nombre y prestan más importancia al hábito que al monje. Algo así como un concurso de disfraces para gente que canta.
Yo recomendaría a los responsables de las murgas que se dieran una vuelta por el carnaval gaditano, que hablaran con el Selu, Kike Remolinos, el Love, El Yuyu o Manolo Santander, que aprendieran a manejar el sarcasmo, la sátira y la ironía como ellos la manejan. A fin de cuentas, los gaditanos tienen esa gracia tan particular porque llevan entrenando más tiempo que el resto. A lo mejor solo basta con buscar en la socarronería de nuestros ancestros para recuperar el “toque”, pero algo debe hacerse para que las murgas dejen de ser “el pelotón cabreado”. De no ser así, los carnavales, que deben ser una fiesta donde el pueblo disfrute y se divierta, corren el peligro de convertirse en poco más que una confrontación dialéctico-agresiva de algunos barrios de las principales capitales de las islas.
Digo yo, usted.

LA RECETA
Como no podía ser de otra manera, coño que Pajín me salió, la receta de hoy tiene como protagonista a la tan socorrida tortilla de carnaval, pero con mi punto y mi toque.Yo, a las tortillas no le pongo anís ni matalauva, me gusta más el saborcito que le da un chorrito de licor de naranja, pero si alguien se empeña en “tradicionalizarse”, esto es a gusto del consumidor.
Uno de mis trucos, para que la tortilla no quede demasiado aceitosa, consiste en hacerlas en una plancha o en un sartén antiadherente. Se tarda un poquito más, pero el resultado lo merece.
Las prevenciones para hacer una buena bandeja son:
1/2Kg de harina
6 huevos
1/2Litro de leche
¼ Litro de nata (otra trampilla mía)
300grs de Azúcar
1 Copita de Licor de naranja (el mío es casero, no es por nada).
Canela molida,
La ralladura de una lima

“Encomencipiamos” la mezcolanza:
Separa las claras de las yemas. Bate las claras con el azúcar casi a punto de nieve. Bate las yemas y júntalas con las claras removiendo despacito. Ahora es el momento de añadir la nata y seguir revolviendo. Sigue con la leche, la canela, la ralladura de lima y la copita de licor. Ahora pones la harina y revuelves bien para que no se hagan grumos.Es opcional ponerle un poquito de calabaza guisada, cosa de ¼ kilo, que le da un toquito de suavidad.
La masa debe quedar ligerita, para que corra en la plancha, sartén o cualquiera que sea el utensilio de guisar.
A mi me gustan con miel de caña, pero llegados a ese punto que cada cual haga de su capa un sayo.

7 comentarios:

  1. yo nunca he sido muy carnavalera que se diga, pero si, es verdad los carnavales de Cádiz son otra cosa. y si no que se lo pregunten a la gente de Agüimes.
    porque como dice el refrán, "algo tiene el vino cuando lo bendicen", y yo tambien les recomiendo
    a los carnavaleros de pro de canarias, se den una vueltecita por Cádiz en carnaval y cuando no es carnaval. "casi na"
    que si paris vale una misa, La Tacita= Cadiz, no se queda corta.

    y que decir de esas tortillas tan nuestras como
    el gofio pero buenas hasta decir basta.

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  2. Me tengo yo hechas dos promesas que quiero cumplir antes de doblar las carpetas:
    Una es asistir al concierto de año nuevo en la Ópera de Viena, la otra ver una final del concurso de chirigotas de Cadiz en el Teatro Falla, pero si me preguntas cual de las dos está en primer lugar, me pones en un aprieto del carajo.

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  3. La masa de los buñuelos debe estar bien fría, de la nevera, para que no absorba mucho aceite al freirse. El aceite debe estar muy caliente para que haga costra rápidamente.
    HA

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  4. Yo también fuí carnavalera acérrima hasta que... me tocó ver el carnaval desde atrás (servicios sanitarios) y ahora me conformo con verlo en TV. Es más seguro. Y en cuánto al espectáculo murguense, ya hace tiempo que no me entretengo en escucharles porque me resultan cansinos y muy poco originales. Ha habido algún que otro año en que si me divertían sus letras y su puesta en escena, pero me imagino que con esto de la "crisis" también al personal se le agría el talento. Si los andaluces tienen esa gracia especial, los de Cádiz "la bordan". Es naturalísimo que se salgan en carnavales. Me parecen geniales las chirigotas. Y creo que de ellos, nuestro carnaval tiene mucho que aprender... Suelo ser muy tradicional con las tortillitas de carnaval (mi abuela le metía hasta plátano), y no conocía el truquillo de "a la plancha" para que no se enchumben en aceite. Gracias por la idea. Buen "y sano" carnaval a tod@s...

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  5. Oye,ahora que recuerdo ¿y no se le ponían unas gotitas de anís estrellado?.

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  6. ¿Y la receta de las tortillas de calabaza...?

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  7. Prometo incluir la receta de las tortillas de calabaza, pero antes le toca a una extraordinaria tortilla guisada que me enseñó hace ...taitantos años mi amigo Anselmo. ¿Les pica la curiosidad?
    La solución en el próximo capítulo de...¡trrrrrrr, tachannnn! ¡La Maquinaaaaa...chinaaaaa!
    ¡Dios mio, que viernes más estrambótico!

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