domingo, 29 de agosto de 2010

¿ASESOR DE QUEEEEEEEE?

Cuando el ciudadano de a *pie se detiene a escuchar canciones como Cambalache de Enrique Santos Discépolo (1934) o El Diablo en el Paraíso de Violeta parra (1964), sin necesidad de ser muy avispado, puede llegar a dos conclusiones: o el mundo no ha cambiado nada o Don Enrique y Doña Violeta era “zajorines”.
Aunque los dos dan muestras de una clarividencia envidiable, quisiera quedarme con las reflexiones cantadas del compositor argentino.
Dice Don Enrique que:
El mundo fue y será
una porquería, ya lo se
En el quinientos seis
Y en el dos mil también

Resultamos tan predecibles los humanos que a Don Enrique le bastó una canción para etiquetarnos de por vida. Nunca imaginó el señor Santos que sus predicciones iban a estar vigentes incluso 10 años después del 2000.
Que siempre ha habido *chorros,
*Maquiavelos y *estafaos,
Contentos y “amargaos”
*Valores y *dublés

Decía mi madre que en el mundo tiene que haber de todo para que no se acabe:
Chorros o ladrones, maquiavelos o hipócritas, valores y dublés o lo que es lo mismo, sinceros y falsos.
Pero que el siglo XX
Es un despliegue
De maldad imponente
Ya no hay quien lo niegue
Vivimos “revolcaos” en un merengue
Y en el mismo lodo
Todos “manoseaos”

Anda que si el Señor Santos llega a conocer el siglo XXI, se da de baja del planeta por la vía de urgencia.
Dice el escritor colombiano Mario Lamo Jiménez (Bogotá 1957) que el compositor argentino, con sus frases "todo es igual; nada es mejor" y "los inmorales nos han igualao", desvela con un solo tangazo la falta de moral (política, social, mental) que habría de manifestarse en el mundo del siglo XX y continuarse en el XXI. No solamente los "inmorales nos han igualao" sino que también los ignorantes, estafadores, impostores y "chorros" ahora son los reyes de bastos que gobiernan el planeta y lo llevan a su destrucción. Sin embargo, si esto fue cierto en el 506, es aún más cierto en el tercer milenio, ya que en épocas de Alarico II, el rey, por más poder que tuviera no gobernaba todo el planeta; hoy en día tenemos un rey planetario fumigando o invadiendo naciones y asesinando a quien le venga en gana sin tener que rendirle cuentas a nadie, en clara alusión a los Estados Unidos de América del Norte, pero no es necesario ampliar tanto la mira del telescopio. En cualquier parcela de nuestra vida, encontramos personajes y personajillos que merecen estos y peores calificativos
Continúa diciendo:
Todo es igual,
Nada es mejor
Lo mismo un burro
Que un gran profesor

Este parece ser un lema que está vigente en esta primera década del siglo XXI, ya que ministerios, alcaldías, gobernaciones y hasta presidencias están en poder de verdaderos burros y los profesores son marginados, perseguidos, cuando no asesinados impunemente, porque saber la verdad y decirla es un delito.
Mientras Mariquita Sudores, titulada universitaria, se parte los cuernos para que a finales de mes le lleguen a su casa 1000€, Juan Carmelo Matachines, de profesión su escándalos, amenazas y otros menesteres predelictivos, presume de haber sido Asesor del Consejero de … de la Comunidad de…
Como dice el tango:
Igual que en la vidriera
Irrespetuosa
De los cambalaches
Se ha “mezclao” la vida
Y herida por un sable sin remache
Ves llorar la biblia
Junto a un calefón

O sea que los preceptos morales representados en el sentido físico por la biblia con hojas de papel cebolla, se cuelgan en el retrete al lado del calentador y los usamos para, hablando en plata, limpiarnos el culo. De ahí el verso “herida por un sable sin remache", en clara alusión al mojoncillo mañanero, con perdón.
La España actual está plagada de “asesores” cuyo único mérito es ser amigo de una prima, de un hermano del vecino del chalet de al lado.
Es en este punto donde cobran toda su vigencia los versos que rezan:
Todo es igual; nada es mejor;
lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón;
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón".

Es triste contemplar como los inmorales campan a sus anchas mientras la propia ley se pone fuera de la ley.
Los adolescentes y jóvenes que pueblan nuestras escuelas, intentando convertirse en la mano de obra que mueva nuestro país, acuciados por la decrepitud económica, pueden sentir la tentación de pensar que, como dicen los versos de Discepolo:

es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata o el que cura
o está fuera de la ley".


*Llámase ciudadano de a pie a aquel cuya única utilidad para los políticos, se limita a meter un papel con su nombre en una urna cada cierto tiempo, o sea, usted y yo... Perdón, ¿Que usted no lo es? Pues bueno, entonces yo.

LA RECETA
Me manda mi cuñada Gina un correo cantando las excelencias del garbanzo como sustituto del Prozac. Según un estudio realizado por científicos israelíes, esta legumbre libera, al consumirla, serotonina, que es el principio activo de muchos antidepresivos, así que manos a la obra y… a ser felices.

Bacalao con garbanzos

Ingredientes (4 personas):
• 1 Kgr. bacalao limpio de espinas
• 500 grs. garbanzos
• 1 cebolla grande
• 3 dientes de ajo
• 2 hojas de laurel
• 2 huevos
• 2 tomates maduros
• 1 Pimiento verde mediano
• 1 cucharadita de pimentón dulce
• 1 rama de perejil picado
• 1 cucharón de aceite de oliva
• sal
• 2 cucharadas soperas de harina
Con dos días de antelación pones el bacalao de remojo en la nevera, cambiándole el agua cada seis horas. La noche antes, pones a remojar los garbanzos en agua tibia con media cucharadita de sal.
Llegado el día del acontecimiento, preparas un refrito con la cebolla, el pimiento, los tomates pelados y sin semillas, el laurel y los dientes de ajo. Echas el refrito en una olla a presión, este es el momento de añadir el pimentón dulce para evitar que se queme, le añades los garbanzos, agua hasta dos dedos por encima y los guisas durante 15 minutos.
Mientras la olla pierde vapor y fuerza, cortamos el bacalao en trozos de aproximadamente dos centímetros, los pasamos por harina y les damos un golpe de fritura a fuego fuerte para que se selle por fuera.
Una vez abierta la olla, le echamos el bacalao dentro y dejamos guisar a, fuego suave, para que los ingrediente se vayan impregnado de los sabores.
Cuando los garbanzos estén blandos, pero no rotos y el bacalao en su punto, ha llegado el momento de ponerlos en un plato y comprobar si es verdad lo que aquí digo