lunes, 12 de abril de 2010

LOS PÁJAROS CONTRA LAS ESCOPETAS

Reconozco que cuando de la justicia se trata y a la vista de los últimos acontecimientos, a un servidor le entra algo de cagalera a la hora de decir lo que piensa. No es mi intención ascender al púlpito de los inquisidores para emitir juicios sobre los que juzgan, pero me siento en la obligación moral de decir lo que pienso y lo que siento a la luz de lo que está sucediendo estos últimos días con Don Baltasar Garzón.
Antes de continuar desenvolviendo la madeja de lo que pretendo decir, creo que es bueno hacer un recordatorio sobre su trayectoria profesional y pido disculpas de antemano por si en algún momento dejo traslucir la admiración que siento hacia él.
La primera vez que supe de la existencia de Baltasar Garzón, fue en 1990 con motivo de la operación Nécora. Los medios de comunicación hablaban de un Juez que había puesto en jaque a lo más florido del narcotráfico celtibérico.
Después, en 1991, vino la operación Pitón que acabó con el apisonamiento de otra organización dedicada a “blanquear” las rías gallegas.
En 1993, y aquí estriba una de las grandes diferencias entre el PP y el PSOE, Baltasar Garzón le mete mano al GAL y pone a la sombra a Amedo, Domínguez, Barrionuevo y Vera. Aunque es público y notorio que al PSOE no le hizo ninguna gracia, encajaron el golpe de forma elegante, abrieron el paraguas político y esperaron a que escampara.
¡Qué bueno era entonces Don Baltasar!
Pedro J Ramírez a través de El Mundo y la cúpula del PP, celebraban a bombo y platillo su profesionalidad e independencia. Ahí empezó la maniobra de acoso y derribo contra el gobierno socialista, algo merecida por cierto, que acabó con la pérdida del poder en 1996.
1998 Es un año de luces y sombras en la vida profesional de Don Baltasar. Tal como sucede en las corridas de toros, aquí hubo división de opiniones. Cuando clausuró las AEK y la empresa que gestionaba el Diario Eguin hubo aplauso generalizado desde todos los “tendidos políticos”, quitando a los de siempre, pero cuando le puso cerco a Pinochet, la derecha “tardofranquista”, entre la que se encontraban significados miembros del PP, empezó a manifestar los primeros síntomas de sarpullido ideológico. Por suerte, en este mundo, hay gente que tiene las ideas claras y la mayoría entendió que lo hecho por el Juez Garzón era lo que se debía hacer. Creo que es a partir de este momento cuando la dirigencia del PP, que de tontos no tienen un pelo, lo pone en el punto de mira.
En el año 2000, como consecuencia de la investigación sobre las torturas que Ricardo Miguel Cavallo llevó a cabo en la ESMA, consigue demostrar la conexión existente entre las dictaduras del cono sur a través de la operación Cóndor.
Su trabajo de investigación contribuye de forma decisiva para que el presidente argentino Néstor Kirchner se atreva a derogar la Ley de Punto Final. Aunque nadie se atreve a decirlo por miedo a que lo cataloguen como fascista, esto hizo ronchas en los sectores más duros de la derecha PPera.
En 2006, con la investigación sobre el llamado caso Gürtel, la imagen de Baltasar Garzón empieza a distorsionarse en los espejos de la memoria que alicatan las paredes de Génova 13 y pasa de ser el campeón de la justicia a convertirse en el “Capo di tutti Capi” de la prevaricación. El que estuvo a punto de ser elevado a los altares por las huestes “Aznarianas” está a punto de ser arrojado al Averno por las mesnadas “Marianiles”
El PP está muy dolido con Don Baltasar Garzón, por haberse atrevido a hurgar en los entresijos económicos de sus miembros más notables, pero sería demasiado descarado si se atrevieran a actuar contra él.
La pregunta del millón es ¿Serán Falange Española y el Sindicato Manos Limpias, meros instrumentos en manos de la masa gris PPera con el único fin de sacar a Baltasar Garzón del partido y anularlo?
Mientras Don Baltasar esté entretenido tratando de defenderse, no podrá hacer su trabajo como juez y lo que es peor, al poner en duda su honestidad, siembran la duda sobre su profesionalidad.
¡Ojalá no lo consigan!
LA RECETA.-
Siendo Baltasar Garzón de Jaén, parece obligado hacer referencia a la gastronomía de esa provincia española, pero sería un atrevimiento por mi parte hablar sobre algo que no conozco demasiado. De mis viajes por aquellas tierras en la etapa de jugador de Voleibol, solo me queda, a parte de una encerrona en Úbeda con árbitro comprado y pareja de la “Policía Armada” incluida, el vago recuerdo de un sabor característico repetido años más tarde en el pueblo extremeño de Miajada. Me refiero al Ajo Blanco, especie de sopa a base de almendras, ajos, pan del campo y aceite de oliva, con algún otro aditamento que aparecerá en los ingredientes.
Pero si de verdad alguien quiere saber lo que más me impresionó de Jaén es ese aroma intenso a aceite recién exprimido que se derrama por el paisaje. Parece que hubieran destapado todas las tinajas para frenar el paso del caminante e invitarlo a mojar la rebanada de pan cateto en un plato con aceite y sal. Cuando han conseguido sentarte a la mesa, lo difícil es levantarte sin sucumbir a la provocación de un vaso de vino acompañado de migas, que esas también las caté y me dejaron el releje en la comisura de los labios.
INGREDIENTES PARA EL AJO BLANCO.-
• 200 grs de almendras crudas.
• 500 grs de pan del campo.
• 4 dientes de ajo
• Un chorreón de aceite.
• Vinagre.
• 2 litros de agua.
• Sal.
Antiguamente se hacía toda la elaboración a mano y si a usted, paciente lector o lectora le apetece, puede seguir haciéndolo, pero si lo que le interesa es el resultado final, no es vergüenza echar mano de la batidora.
COMO HACERLO.-
Se ponen en remojo las almendras el día anterior a la preparación de este plato. Una vez blandas se le añade el aceite, el vinagre, el agua, la sal y el pan del campo, se tritura todo en la batidora hasta que se haga una pasta y se sirve bien frío añadiéndole trozos de manzana o uvas pasas.
Aunque en más de una página lo he visto en la clasificación de postres, nunca me lo sirvieron de esa guisa, sino más bien como entrante. En cualquier caso, dada la contundencia de mejunje, conviene no abusar del resto del menú.